l registro es un resumen de la estructura del libro. Los más antiguos estaban formados por una lista de las primeras palabras de cada pliego. Posteriormente se fueron simplificando. Son de utilidad para el encuadernador, el librero y el posesor ya que suponen tanto como una guía para encuadernar en el orden correcto, como una garantía para tasar el libro rápidamente y comprobar su integridad.
Registro
Los primeros registros y la tabula rubricarum
Funcionaban en la imprenta alemana las llamadas tabulae rubricarum, una hoja que servía de guía para que el rubricador escribiera a mano los títulos una vez que el libro estaba impreso. Estas hojas, que se han conservado en muy pocas ocasiones, se asemejan a una tabla de materias más que a un registro. Adicionalmente cumplían la función de ayudar al encuadernador en la ordenación de los cuadernos y al comprador del libro le aseguraba, mediante el cotejo, que el ejemplar que había adquirido estaba completo. En los impresos alemanes, la palabra registrum advierte de la existencia de esta tabla o índice:
El registro impreso nació y se extendió por Italia. Francia y España adoptaron el modelo, no así Alemania. La Cronica Hunganorum (RB I/21) impresa en Augsburgo, supone una excepción: es el único incunable alemán del fondo de la Real Biblioteca que lo lleva. En este caso, la presencia del registro impreso es fácilmente explicable ya que su impresor, Erhard Ratdolt, había trabajado en Venecia, donde su uso fue frecuente desde 1476 hasta 1486:
Lista de primeras palabras
El registro se documenta por primera vez en Italia. Desde allí, a partir de 1470, se extiede su uso bajo diversas denominaciones: inchoationes quinternorum, registrum huius operis, registrum chartarum, etc. y otras variantes en lengua vernácula. También aparece sin ninguna indicación.
Los registros más antiguos consisten en una lista de las primeras palabras del pliego dispuestas en columnas verticales. Para indicar el cambio de cuaderno se deja una línea en blanco. Otra posibilidad recurre al empleo de una primera letra en mayúscula, un calderón junto al primer reclamo o cualquier otro elemento tipográfico significativo. La evolución del registro consistió en consignar la signatura del cuaderno, incluso antes de que se generalizara el uso de las signaturas impresas.
Impreso español de 1475 que tiene un registro a página completa. Carece de designación y muestra directamente las columnas de reclamos que debían leerse verticalmente; para señalar la separación entre cuadernos se ha optado por dejar una línea en blanco. Como el primer cuaderno es un quinterno, diez hojas formadas por cinco pliegos, aparecen cinco reclamos (dado que su objetivo es ayudar a la ordenación de los pliegos se hace innecesario anotar el resto). El resto de cuadernos sigue la misma pauta: cuatro reclamos para los de ocho hojas y seis reclamos para los de doce (únicamente dos). El libro no lleva signaturas ni foliación por lo que el registro resulta aún más útil.
En este registro a página completa se ha utilizado un calderón para indicar el comienzo del cuaderno.
Se designa el registro como tal y se señala cada cuaderno con su signatura correspondiente.
Se adapta al espacio disponible y al formato de columna.
Resumen de la estructura
A mediados de los años ochenta comienzan a aparecer registros más breves. Anotan la signatura del cuaderno y el número de hojas, que viene expresado con los adjetivos: duernus (dos pliegos = cuatro hojas), ternus (tres pliegos = seis hojas), quaternus (cuatro pliegos = ocho hojas), etc. Pueden ocupar solo unas líneas.
El espacio disponible al final del texto y la disposición del mismo debieron de influir en la elección del tipo de registro, y aunque las variantes más breves fueron sustituyendo progresivamente a los listados de primeras palabras, los dos modelos conviven durante todo el periodo incunable.
A partir de 1483 aparece este tipo de registros que resumen la estructura. El ejemplo más antiguo en la Real Biblioteca data de 1488.
Resumen del contenido del registro sin incluir reclamos. Muestra únicamente las signaturas y a continuación el número de pliegos por cuaderno. El espacio disponible al final del texto impreso es determinante en la elección del tipo de registro. En este ejemplo, se ha reducido hasta poderlo componer en una línea al final del recto de la última hoja. El verso del folio queda en blanco y es evidente que se desestimó como espacio para consignar el registro. Como se ha mencionado, las signaturas impresas acabaron haciendo innecesario el registro.
Algunos registros son solo un breve resumen de la estructura como este: Registrum. Omnes sunt quaterni praeter tabula quod est unum folium.
Con signaturas y foliación impresos. El registro por sí solo no aclara el número de cuadernos que forman el ejemplar aunque permite saber si alguno está incompleto.
Se produjeron muchas inexactitudes en los registros en cuanto a la estructura de los cuadernos y su tamaño.
Al redactar el registro se ha optado por incluir el nombre de todos los mapas, claramente útil para saber si la obra estaba completa Se indica la referencia al cuaderno tras el cual se insertan. Los mapas son calcografías impresas en un pliego por lo que son independientes de los cuadernos y se van encartando según conviene. El orden en el que están encuadernados los pliegos no se corresponde con el orden que da el registro. Según Frederick Goff, existen dos emisiones de la Geographia de Berlinghieri, la segunda contiene una hoja con el colofón y el registro (según él posiblemente impresa en el siglo XVI) y esa es precisamente la que se conserva en la Real Biblioteca.
Este libro presenta dos registros, lo que demuestra lo fácil que era que se colara un error:
Al final de la tabla. "Registrum. O[mn]es sunt quaterni preter. A. // q[] est ternus : [et].t.sexternus."
Al final del texto: "Registrum huius operis. // A a b c d e f g h i k // l m n o p q r s t // O[mn]es su[n]t quaterni: preter. A. // q[] est duernus: [et].t.sextern[us]."
A<6, a-s<8, t<12: El registro correcto es el primero.
El registro adicional de la imprenta de Lovere
Estos tres incunables contienen comentarios a Aristóteles hechos por Aegidius Romanus e impresos por Simone da Lovere a costa de Andrea Torresano. Se aprecian dos elementos muy interesantes, uno de ellos aparece junto al registro, el otro está relacionado con las signaturas:
I/97 (1)
El registro aparece en dos líneas dando el listado de signaturas (a b c d e f g h i k l) y la extensión de los cuadernos (Duernus a Quinternus l Ceteri quaterni); pero además añade: qn.8.c.3., secuencia que indica su estructura: ocho quinternos y tres pliegos. La "c" es abreviatura de charta. La equivalencia es exacta: según el registro el cuaderno "a" tiene cuatro hojas, el "l" tiene diez y el resto de los cuadernos tienen ocho. Nueve cuadernos que suman setenta y dos hojas a las que se añaden las del cuadernillo "a" y "l" hasta obtener un total de ochenta y seis hojas. La anotación nos da el mismo resultado ocho quinternos (qn.8) son ochenta hojas y tres pliegos (c.3) son seis, en total ochenta y seis hojas
¿Por qué se incluye esta segunda anotación que no concuerda con la composición de los cuadernos aunque el número de hojas sea el mismo? Según Haebler, esta fórmula estaría relacionada con la costumbre de los impresores italianos de calcular el precio de un libro por la cantidad de quinternos. Así el registro indicaría cómo se debe encuadernar el libro y la segunda anotación ayudaría a calcular el precio rápidamente.
I/97 (2): "qn.12.c.4"
I/97 (3): "qnt.7.c.j"