as primeras marcas de impresor o editor son xilografías que se colocan al final del texto junto al colofón o en sustitución de él. También pueden aparecer en la primera hoja, especialmente las marcas de editor. En origen, eran enseñas comerciales que se usaban como signos de propiedad que identificaban tanto los establecimientos como la mercancía que se enviaba.
Se considera que la marca tipográfica más antigua es la usada por Fust y Schöffer en el Psalterium de 1457, aunque el hecho de que algunos ejemplares no la posean hace pensar que se añadiera después de la impresión. De ser así, el primer libro con marca sería la Biblia Latina de 1462, también de estos impresores. Su diseño sirvió de modelo para otros tipógrafos. Es el caso de Ungut y Polono en Sevilla.