Formato

Para conocer el formato de un incunable atenderemos a la disposición de los corondeles (que son las líneas más separadas vistas al trasluz) y a la posición de la filigrana o marca de agua cuando la haya. El formato folio tiene los corondeles verticales y la filigrana completa figura se transparenta en el centro; en el formato cuarto, los corondeles están en posición horizontal y media filigrana coincide en el  centro del doblez interno del pliego. El formato octavo presenta corondeles verticales y un cuarto de filigrana se visualiza en la parte superior del doblez interno. Normalmente el formato viene dado por el número de veces que se dobla un pliego para formar el cuaderno: con un doblez se obtiene el folio; con dos el cuarto; con tres el octavo y así sucesivamente. Sin embargo, al examinar los incunables es frecuente encontrar secuencias irregulares de cuadernos, abundante uso de medios pliegos, mezcla de formatos y otras aparentes anomalías.

Folio

el folio (pliego doblado longitudinalmente) es el formato más usado en el periodo incunable. Más de la mitad de la colección de la Real Biblioteca está en este formato. El pliego podía ser de gran tamaño, forma regalis, de unos 70 x 50 cm., o más pequeño, forma communis, de aproximadamente 50 x 30 cm. (aunque tiene más variantes). En este formato, la disposición de los corondeles (líneas más separadas) en posición vertical y la filigrana (cuando existe)  en el centro de la hoja, son las características materiales constatables al trasluz .

El cuaderno (unidad material básica para la encuadernación) se obtiene a partir de la agrupación de pliegos. Lo más habitual es el cuaderno de cinco pliegos o "quinterno", que da un cuaderno de diez hojas. Fue tan común que se mantuvo dicha expresión para cuadernos de menor cantidad de hojas. Posteriormente fue desplazado por el cuaderno de ocho hojas. Muchos impresores fabricaron secuencias irregulares de cuadernos.

Se pueden encontrar, aunque no es habitual, incunables que mezclen formatos, por ejemplo en casos en los que el impresor usa para un tamaño folio pliegos de forma communis mezclados con medios pliegos de forma regalis, lo que provoca que la disposición de los corondeles varíe a lo largo del ejemplar. 

Cuarto

este formato también fue muy usado pero en menor medida que el folio. En la Real Biblioteca lo ofrece el cuarenta por ciento de la colección.  La posición de los corondeles es horizontal y la media filigrana coincide en la mitad del doblez interno. 
Los primeros libros en cuarto se obtuvieron a partir de medios pliegos. La prensa de dos golpes impuso los cuadernos de ocho hojas formados a partir de dos pliegos o  de diez hojas a partir de dos pliegos y medio. Los cuadernillos de dos, cuatro o seis hojas obedecen a requerimientos derivados de la secuencia textual.

Se obtiene doblando el pliego dos veces. Existían dos formas de hacer el plegado: al estilo italiano se superponían los pliegos y se doblaban juntos;  al estilo septentrional se doblaba cada pliego individualmente y después se conjugaban. Podemos conocer el procedimiento utilizado por la posición de las filigranas, por la distribución de las signaturas o por las palabras seleccionadas para el registro.

  • I/222: Este volumen facticio recoge un ejemplar del Laberinto de Fortuna o Las trescientas de Juan de Mena, impreso en Sevilla en 1496 por Ungut y Polono (aunque no constan sus nombres) y, en segundo lugar, la Coronación a Don Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, del mismo autor, impreso supuestamente en Toulouse por Juan Parix y Esteban Clebat, alrededor de 1489.
  • I/222 (1): En el impreso sevillano el formato cuarto sigue el modelo italiano, más usual en el siglo XV. Ocho hojas por cuadernillo (dos pliegos) con signatura solo en las cuatro primeras.
  • I/222 (2): En el impreso francés se usa el plegado septentrional. Los cuadernillos de ocho hojas (dos pliegos) llevan la signatura en la  primera y tercera hoja y los de diez hojas (dos pliegos y medio), llevan signatura en la primera, tercera y quinta, resultado de haber doblado los pliegos individualmente y haberlos conjugado después.


Para este formato, la composición podía hacerse página a página, de dos en dos, o de cuatro en cuatro, dependiendo del tipo de prensa utlizado: las más primitivas eran de un golpe e imprimían solo medio pliego; la prensa de de dos golpes, una importante innovación técnica, permitía imprimir el pliego entero. Durante un tiempo ambas prensas coexistieron. Aunque algunos impresores hicieron ediciones en cuarto plana a plana, este método muy primitivo se desechó en favor de una composición que imprime dos planas a la vez.

Formatos menores

el formato octavo se utilizó muy poco. Los cuadernos podían obtenerse de distintas maneras a partir de pliegos enteros o medios. En I/177 (1) el registro parece indicar que se ha usado un pliego doblado tres veces porque solo anota la primera palabra cada ocho hojas, excepto el primer cuaderno que tiene seis ¿hecho a partir de tres cuartos de pliego?

El resto de formatos más pequeños, doceavo, dieciseisavo y veinticuatroavo no aparecen hasta final de siglo en breviarios, libros de oración, etc.

En la Real Biblioteca el formato más pequeño que encontramos es el octavo, representado solo por una decena de ejemplares.