Mapa de la isla de Menorca dividido en los términos de Alhayor, Ciudadela, Ferrarias, Mahón y Mercadal / Por Don Tomás Lopez, Geógrafo de los Dominios de S.M.
1 mapa: calc., col.; 36'5x39'5 cm; Escala [ca. 1:163.000] 4 leguas de 17 1/2 al grado [=15'5 cm].
Signatura: MAP/392 (1) | Procedencia: Pbte. Carlos III, Rey de España
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El interés perenne por la producción de López tiene diversos motivos, pero especialmente por el detalle cartográfico y el rigor en sus fuentes, manejando en muchas ocasiones manuscritos o referencias hoy perdidas, incluso códices medievales, fuentes que solía indicar en amplias cartelas o en largos textos marginales, explicativos, donde relucen estas fuentes. Expresa su concepto cartográfico en Principios geográficos, aplicados al uso de los mapas (Madrid, por Joachin Ibarra, 1775-1783, en RB, V/122-123).
Tomás López de Vargas Machuca se formó en el Colegio Imperial madrileño, a cargo de la Compañía de Jesús, donde de antiguo existían las matemáticas como materia docente de interés jesuítico. Con esta base prosiguió su formación en París, gran capital donde existían muy avezados cartógrafos en el XVIII, de hecho fue en la Ciudad de las Luces discípulo de uno de ellos, Juan Bautista Bourguignon d’Anville.
Al regresar se le ubicó en el Real Gabinete de Geografía, al frente del mismo, instaurado por Carlos III y se dedicó a levantar cartografía de territorios andaluces primeramente. A mitad de los noventa se aceptó su propuesta de hacer lo mismo con todo el territorio español, pues Godoy vio este proyecto como necesario. Se concluyó ya en 1804, ya fallecido, si bien fue culminado gracias a sus hijos, continuadores de su labor, con el Atlas Geográfico de España, ejecutado con los criterios descriptivos de detalle referidos con anterioridad. Siendo para la época española avanzado, sería enmendado en diversas incorrecciones cartogeográficas medio siglo después, en el Atlas de España y sus posesiones de ultramar de Francisco Coello. No obstante, la labor de López como impulsor de la cartografía patria fue muy reconocida con su ingreso en diversas reales academias, empezando por la de San Fernando en 1764 y acabando por la de la Historia doce años después. Su producción fue profusa pues aparte de la hispana, levantó cartografía de la Luisiana americana, o de Chile, de territorios africanos y de Medio Oriente incluso, y un mapa de la ruta de Don Quijote.
Imbuido del espíritu formativo ilustrado, creó para las escuelas un Atlas elemental moderno, o colección de mapas para enseñar a los niños geografía, en 1792, y antes, en 1784, una sencilla pero útil Cosmografía abreviada. Uso del globo celeste y terrestre. Estas obras fueron continuadas con otras similares, además de por nueva producción cartográfica por sus dos hijos Juan y Tomás Mauricio López Gosseaume. Juan trabajó más con su padre, pero Tomás Mauricio llegó a ser bibliotecario primero de S.M. en la Real Pública, en 1833, y profesor de Cámara de Bellas Artes y de Geografía, perteneciendo al Gabinete Geográfico de la Secretaría de Estado. El padre fue más innovador que los hijos y encarna la cartografía ilustrada hispana.