Mapa de la isla de Cuba, delineado por Luis de Surville [...] Es copia del original de D. Agustín Crame. En Madrid a 10 de Septiembre del año de 1771.
Signatura: II/2827, ff. 236-237 | Procedencia: Manuel José de Ayala
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El contexto histórico del mapa y de la colección Ayala es el proyectismo dieciochesco que buscaba ahondar en el conocimiento exacto de todo lo americano en cuanto a su geografía, recursos, minería, agricultura, etc para dar mayor dimensión económica al imperio hispano en su optimización ilustrada, siendo ello impulsado por la metrópoli, por los ministros de Carlos III particularmente, que necesitaban tener esos instrumentos de información para sus decisiones de gobierno. Por ello Ayala incorpora en ocasiones mapas y planos junto a textos sobre esos territorios (informes, memorias, descripciones…) para que el cualificado lector se hiciera cabal idea de la materia en su realidad geográfica.
El mapa original es de Luis de Surville, profuso cartógrafo activo en tierras americanas en esos años 50-60 del XVIII y que produjo mapas de Nueva España, y otros territorios hispanos en América, aunque también delineó Brasil. Fue luego en los años setenta profesor de Matemáticas y Maestro Delineador del Real Seminario de Nobles en Madrid.
Pero este ejemplar es fina copia de Agustín Cramer y Mañenas, que la firma, realizándolo a plumilla y acuarela. Cramer, navarro, fue matemático e ingeniero militar antes de dedicarse a la cartografía. En 1763 se le destinó a Cuba y murió en La Habana en 1779, por lo que conocía bien la isla y su topografía, la llamada perla del Caribe, si bien viajó mucho los años previos por costas y tierras mexicanas y colombianas a efectos de las fortificaciones militares y su mejora defensiva, siendo de gran eficacia, lo que le valió el grado de mariscal de campo antes de morir tras retornar a La Habana.
Presenta este mapa como era habitual en la cartografía dieciochesca relieve por montes de perfil y sombreado, y tiene un rosa de 4 vientos, sin rumbos prolongados, orientada al N con torre. Al poderse usar como carta naútica tiene sondas batimétricas y veriles.