FacebookTwitter

La Real Oficina de Farmacia - II

Las materias

Las materias presentes en la colección son reflejo de la historia de la medicina y la farmacia en Occidente. 

El legado clásico y árabe

En la Antigüedad y la Alta Edad Media la profesión médica era indisociable de la de físico o boticario ya que su ejercicio incluía conocimiento y preparación de medicinas elaboradas con plantas medicinales. La medicina se basaba en las aportaciones de los autores griegos y la medicina árabe, importante no solo por transmitir la medicina griega sino por sus propias aportaciones al instrumental y la cirugía. Este legado clásico y árabe está presente en la biblioteca entre las que se pueden destacar las siguientes obras: 

 

  • Hipócrates (460 a.C.-370 a.C.)

    Considerado el padre de la medicina se nos ha conservado 1 volumen de los 80 que contiene la primera edición de su obra completa que vio la luz en Roma en 1525 (FR-837).

     

  • Galeno (129-216 d.C.)

    Considerado uno de los médicos más completos de la Antigüedad sus textos fueron el pilar sobre el que se asentó la medicina en la Edad Media.

    Se conservan hasta 8 ediciones de su obra, la más antigua un infolio de Basilea de 1529 (FR-843) y la más reciente en 5 volúmenes impresa en Venecia en 1576 (FR-1365, FR-1366, FR-1387-1391).

  • Dioscórides (40-90 d.C.)

    Médico y botánico griego que practicó la medicina en Roma y escribió su De materia medica, precursora de la farmacopea moderna con amplia difusión que incluye ilustraciones de las hierbas y plantas comentadas. La primera edición al castellano se debe al médico Andrés Laguna que vio la luz en Amberes en 1555. En la Real Oficina de Farmacia se conserva en dos ediciones valencianas del XVII una fechada en 1635 (FR-772) y la otra fechada en 1695 (FR-771) y algunos comentarios a su obra.

  • Johannes Mesue (777-857 d.C.)

    Los Canones del médico sirio Yuhanna ibn Masawaih, conocido en occidente por su nombre latinizado Johannes Mesue, fue un texto fundacional en la práctica farmacéutica cuyo comentario era parte fundamental del examen que se hacía a los boticarios en tiempos de Felipe II. Se conserva un manuscrito del siglo XV escrito en papel y en castellano que contiene los cánones y las tablas de medicina (FR-306).

    Además de esta copia manuscrita se conservan varias ediciones de su obra médica del siglo XVI: De re medica libri tres, impreso en Lyon en 1550 (FR-1260) y su Opera medica quae extant, impreso en Venecia en 1561 (FR-1015).

  • Johannes Serapion, el viejo (ca. 834)

    El físico de origen sirio Yahya ibn Sarafyun, más conocido en Occidente por su nombre Johannes Serapion. Conservamos de él su Practica obra impresa en Venecia en 1530 (FR-634) y su De simplicium medicamentorum historia libri septem impresa en Venecia en 1552 (FR-629).

  • Avicena (980-1037)

    Avicena es el nombre latinizado por el que se conoce en la tradición occidental a Abū ‘Alī al-Husayn ibn ‘Abd Allāh ibn Sĩnã. Su Liber canonis, una vez fue traducido al latín por Gerardo de Cremona antes de 1187, constituirá la base de la medicina occidental. Se conserva en una edición postincunable veneciana de 1505 (FR-908).

  • Avenzoar (1094-1162)

    Ibn Zuhr, ʻAbd al-Malik ibn Abī al- ʻAlāʼ, más conocido por su nombre latinizado Avenzoar o Abumeron, escribió a petición de su amigo Averroes un Kitab al Taisir o Liber Teisir, sive rectificatio medicationis et regimis a modo de compendio de la medicina. El ejemplar conservado en la Real Botica corresponde a una edición incunable impresa en Venecia en 1490 (FR-1320 (2)).

 

El legado medieval

A partir de la Baja Edad, con la Escuela de medicina de Salerno como centro principal, empieza a surgir una literatura especializada dirigida a explicar a los boticarios las técnicas para la correcta preparación y administración de los medicamentos: son los antidotarios o recetarios para preparar recetas con precisión, como el Antidotarium de Nicolas Salernitano (s. XII). Algunos de los principales exponentes de este periodo en la colección son:

  • Praepositus, Nicolaus (s.XV)

    Nicolaus Praepositus, o Nicolas Prévost, al que no hay que confundir con Nicolás de Salerno, fue un boticario francés del siglo XV, autor de un Dispensarium ad aromatarios, del que se conservan dos ejemplares de diferentes ediciones, uno sin portada, lo que ha impedido identificar el lugar y la fecha de publicación (FR-1012) y el otro impreso en Lyon en 1532 (FR-1034).

  • Arnaldo de Villanueva (1240-1311)

    Filósofo, magister y médico de reyes, Arnaldo de Villanueva sobresale por su gran conocimiento de venenos y medicamentos. Se conserva un ejemplar de la edición de sus Opera impresa en Lyon en 1520 (FR-1016).

  • Pietro d'Abano (c.1257-1316)

    El filósofo y médico italiano Pietro d'Abano es conocido como el Reconciador por su principal obra Conciliator differentiarum philosophorum et precipue medicorum con la que trató de conciliar la medicina árabe con la griega. Se nos ha conservado en un ejemplar impreso en Venecia en 1521 (FR-1320).

  • Matteo Silvatio (1285-1342)

    Representante de la escuela médica salernitana su principal obra es un Opus pandectarum medicinae, un tratado científico sobre hierbas y sus aplicaciones a la medicina, que se conserva en una edición incunable veneciana de 1499 (FR-914).

  • Giovanni Michele Savonarola (1385-1468)

    Considerado como uno de los médicos humanistas más importantes del siglo XV en su obra Practica canonica incluye un apartado dedicado a los balnearios y termas de Italia. Se conserva en una edición véneta de 1503 (FR-305).

  • Antonio Guanerio (-1440)

    Profesor en Pavía que debe su fama a sus aportaciones sobre la afasia y la pérdida de memoria. Conservamos su obra Practica impresa en Lyon en 1517 (FR-48).

  • Nicoló Mutoni (s.XVI) y Johannes Jacobus Manliis (1496)

    Conocidos por sus comentarios a la obra de Johannes Serapion y por su Luminare Maius lumen apothecariorum et aromatarium thessarus que en la biblioteca se conserva en la edición impresa en Venecia en 1561 (FR-1019).

 

Las farmacopeas

Los siglos XV y XVI traen consigo una eclosión de las farmacopeas y recetarios, auténticos manuales del boticario. De entre las existentes en la colección destacamos: 

  • Colegio de médicos de Florencia

    La primera farmacopea moderna conocida publicada en el siglo XV es el Ricettario dellarte et vnuuersita de medici et spetiali mandada publicar por el Colegio de Médicos de la ciudad de Florencia para evitar las diferentes maneras de preparar los medicamentos en esta ciudad-estado. El ejemplar conservado en la Real Oficina de Farmacia pertenece a una edición florentina de 1550 (FR-909).

  • Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza

    En 1546 el Colegio de Boticarios de Zaragoza manda publicar su Concordia Aromatariorum Civitatis Caesaraugustae, ampliada en una segunda edición aparecida pocos años más tarde, en 1553, de la que se conserva un ejemplar (FR-915).

  • Colegio de Farmacéuticos de Valencia

    También el Colegio de farmacéuticos de Valencia publicó en Zaragoza en 1685 sus Officina medicamentorum. Se conserva un ejemplar de la edición de Valencia (FR-1021) y otro ejemplar de la de Zaragoza (FR-913).

  • Valerio Cordo (1515-1544)

    Farmacéutico y médico alemán autor de una de las principales farmacopeas de su tiempo, el Dispensatorium siue Pharmacorum conficiendorum ratio, que se conserva en la edición de Lyon de 1600 (FR-1062).

  • Johannes Jacob Wecker (1528-1586)

    Filósofo y físico suizo, conservamos un ejemplar de su Antidotarium Geminum Generale de la edición de Basilea de 1595 (FR-778), otro ejemplar de su Antidotarium generale et speciale (FR-1011) y de su Antidotarium speciale (FR-1028) ambos impresos en Basilea en 1601. De él conservamos también su De secretis libri XVII de 1629 (FR-1258). 

  • Giuseppe Santini (s.XVI-XVII)

    Farmacéutico originario de Lucca, activo en el siglo XVI y XVII. En 1604 ve la luz en Venecia la primera edición de su Ricettario medicinale del que se conserva un ejemplar (FR-1052). 

 

Otras disciplinas

Durante el Renacimiento se produce un progresivo avance en el campo de la ciencia gracias al redescubrimiento y reinterpretación de los textos clásicos y a la invención de la imprenta. También la especialización por disciplinas del saber que se producen en el siglo XVII junto con los avances en el campo de la ciencia y la técnica del siglo XVIII, tienen su reflejo en los libros y materias de la Real Oficina de Farmacia.

En sus anaqueles abundan las obras de obras de botánica y plantas, de historia natural general y particular. Están presentes también tratados de matemáticas y física, disciplinas que aparecen conjunta o separadamente en ediciones del XVII y XVIII como el Dictionnaire de Alexander Saverien, publicado en Paris en 1753 (FR-754, FR-765), el Cours de chymie de Nicolas Lémery en francés (FR-927), la Physica subterranea de Johan Joachim Becher (FR-1105, FR-1107) o la de Andreas Libavius (FR-919, FR-920, FR-921). También figuran tratados de mineralogía, geología, aguas minerales, y obras de carácter misceláneo.

 

Publicaciones periódicas como el Bulletin des sciences par la société philomathique de Paris (FR-139) o el Journal de la société des pharmaciens de Paris (FR-529), revistas que surgen en el siglo XVIII y cuya publicación se prolonga en el siglo XIX, tienen su espacio en la biblioteca, lo que indica una conciencia de actualización continuada desde el punto de vista científico e intelectual por parte del responsable de la colección.

No faltan tampoco enciclopedias de carácter más general como la Encyclopédie méthodique, ou par ordre de matiéres (FR-310-FR-316, FR-856-FR-900) y la Biblioteque Britannique (FR-1123, FR-1124 y FR-1125), así como diccionarios especializados como el mencionado de matemáticas o de botánica (FR-585 y FR-586, FR-462), de física (FR-496 y ss.), de química (FR-345 y ss.) y de farmacia (FR-68).