FacebookTwitter

Un manuscrito árabe lleno de colorido: Libro Utilidades de los animales

 

Una de las obras emblemáticas de la Biblioteca del Real Monasterio de El Escorial, de Patrimonio Nacional, es un manuscrito árabe con preciosísimas ilustraciones de animales que ha formado parte de las primeras obras expuestas en la Galería de las Colecciones Reales. Se trata de un manuscrito de enorme valor, de mediados del siglo XIV con signatura Árabe 898.

El título original en árabe es Kitāb Manāfiʿ al-ḥayawān, كتاب منافع الحيوان, cuyo traducción es Libro [de las] Utilidades de los animales y cuya característica más sobresaliente es, sin duda, la inclusión de 90 figuras de algunos de los animales que se citan y se distribuyen a lo largo de todo el texto.

 

La representación de figuras en textos manuscritos es, sin duda, insólita en el mundo islámico no chií, aunque hay que subrayar que, en este caso, no hay representación de figuras humanas sino de animales. Acerca de la prohibición de reproducir imágenes de personas no hay una prohibIaición expresa en el Corán, pero al parecer si la hay en la sunna, la tradición. Esto se basa en la idea de que la representación de la figura humana no se debe entender como una copia, o intento de copia de la creación, que es patrimonio exclusivo de Dios.

Visualmente nos encontramos ante un texto bien escrito, de cuidada y clara caligrafía, con una bella apariencia estética que nos hace pensar que probablemente fuera una copia de presentación para algún personaje de importancia de la época, a quien se le dedicaría para su biblioteca.

El manuscrito nos ha llegado sin el comienzo del texto, que seguramente incluiría una introducción donde el autor explicaría los motivos que dieron lugar a la realización de la obra, según el uso de la práctica totalidad de los manuscritos y textos escritos en árabe.

Sin embargo, hay dos personas relacionadas con la realización del mismo:

  • En primer lugar Ibn al-Durayhim (pequeñito dirham) al-Mawṣilī  (1312-1361) a quien conocemos por el colofón donde se afirma que “ʿAlī ibn Muḥammad ibn ʿAbd al-ʿAzīz ʿAlī Fatḥ ibn al-Durayhim al-Mawṣilī  se ocupó de reunir” el texto. Esta expresión le señala como responsable de su elaboración, pero también indica el carácter de recopilación que tiene la obra y, por tanto, la dependencia o relación de este con respecto a otros anteriores, que Ibn al-Durayhim resumió o reordenó. Esta labor de compilar obras era muy habitual en aquella época y lleva consigo una sistematización de ideas o clarificación de textos

     

Natural de Mosul como indica su patronímico, Ibn al-Durayhim fue extraordinariamente inteligente. Vivió entre El Cairo, Bagdad, Damasco (donde fue profesor en su mezquita omeya) y Alepo y fue una figura cercana al sultán mameluco de la época. Fue físico, naturalista, matemático y gramático. Asimismo, fue especialista en economía y pionero en la ciencia de la criptografía. Sus obras son de carácter enciclopédico y también se le atribuyen libros de magia.

Parece claro, en lo que se refiere a este manuscrito, que su trabajo consistió en reunir u ordenar material e incluso en ilustrar el libro, aunque no hay certeza sobre esto último. La aparición de su nombre en el manuscrito ha hecho que la atribución a él haya sido unánime por parte de los especialistas.

  • En segundo lugar, el autor, a quien conocemos por un texto del British Museum, N. 2784, que es prácticamente igual que el manuscrito de El Escorial. Conserva el comienzo, íncipit, y en él se afirma que la obra es de Ibn Baḫtišu y que el autor completa los principios de capítulos, donde se describen el carácter de los animales, con notas tomadas de Aristóteles.

    ʿUbayd Allāh ibn Ǧibrīl ibn ʿUbayd Allāh Ibn Baḫtišu, (m 1058) pertenecía a una importante familia de médicos, oriunda de Siria, de religión cristiana nestoriana. Conocía la obra de Dioscórides, a través de las traducciones de Ḥunayn ibn Isḥāq, y también la de otro autor menos conocido llamado ʿ Īsá ibn ʿAlī, que escribió una obra parecida, Libro de las utilidades de los miembros de los animales, que puede ser la base más próxima para esta obra. En el texto también aparecen otros nombres de autores tan famosos como Kasuqaratis o Xenocrates de Afrodisias (siglo I).

 

Temática y estructura

Se trata de una obra difícil de clasificar. Sin embargo, está clara su adscripción al género de adab, una literatura propia del mundo arabo-islámico, textos de carácter enciclopédico sobre una idea central en cualquier tema que resulte de interés.

 

En este caso, los protagonistas son los animales y en cada capítulo se sigue un patrón. En primer lugar, se describen sus características -en muchas ocasiones siguiendo a Aristóteles, como explica el autor en la introducción- su carácter, para a continuación resaltar cómo se pueden aprovechar todas las partes del animal.

Los especialistas la consideran una obra de medicina al contener elementos zoológicos, médicos y folclóricos. También como una obra de farmacopea, pues incluye recetas que benefician algunos males de los humanos; o de medicina homeopática, de carácter marcadamente popular, con muchos datos dietéticos.

La relación de utilidades sigue una ordenación bastante regular, y tiene en cuenta los diversos órganos de los animales. Por ejemplo: carne, bilis, grasa, hígado, huesos de la cabeza, sangre, leche, médula, etc.

Los animales están distribuidos en nueve partes:

  • Animales domésticos: carnero y cordera, cabra y macho cabrío, buey, búfalo, camello, elefante, caballo, asno doméstico, jabalíes.
  • Animales salvajes correspondientes a los domésticos, comestibles: Ciervo, liebres, carnero salvaje, cabras salvajes, buey salvaje, onagro, gacela.
  • Fieras domesticadas y salvajes: León, lobo, oso, leopardo, perros, zorros, gatos monteses, pantera, monos, lagarto, cocodrilo, unicornios.
  • Aves domésticas y salvajes de carne comestible: gallo y gallinas, oca y pato, faisán, gangas, garzas, ardea y alcoraván, pavo real, cigüeña, avestruz, variedades de palomas, gallina campestre, gorriones, estorninos.
  • Aves de presa y otros animales no comestibles: águilas, halcón, gavilán, milano, halcón, pelícano, alimoche, búho, urraca, grajo, cuerzo, abubilla, gálgulos, palomas marinas, langostas, avispas.
  • Peces y animales acuáticos.
  • Animales voladores sin sangre: langosta, gavones, avispas, insectos, moscas, pulga, mosquito y cantaridas.
  • Animales con concha: tortugas, cangrejos, rana.
  • Reptiles y animales que reptan: reptiles, alacranes, salamandra, lagarto, ciempiés, hormigas, grillos, escarabajos, hormigas, piojos, hurón, gusano.

 

Características de las figuras

Las imágenes tienen unas características interesantes que resaltamos a continuación:

  • En primer lugar, aparecen en el contexto del texto que les corresponden y complementan el discurso narrativo. Así es mucho más fácil comprender las características del animal mencionado si a continuación aparece su representación visual.
  • Distribución adecuada del espacio, pues se combinan la caja del texto, el margen y la ilustración haciendo que se destaquen las proporciones de los animales.
  • En esta distribución de espacios, se aprecia perfectamente que cuando se habla de un animal y la imagen que corresponde no cabe en el hueco disponible de la página, se opta por colocar un recuadro, unwan, con el título del animal en el poco espacio que queda en la página, dejando al comienzo de la siguiente la imagen del animal.

     

  • Se presentan en rectángulos con fondo dorado. Dicho rectángulo está enmarcado por uno o varios filetes, el externo de color azul. Algunos de ellos a página completa.
  • Muchos de los animales incluyen su nombre en español, francés, o latín. Esta adicción es un añadido posterior, ajeno totalmente a la concepción de la obra original. Muy posiblemente esta escritura corresponda a David Colville, del que hablaremos después, para clarificar el nombre del animal si hubiera alguna duda sobre ello. También algunos con escritura de color blanco en árabe.
  • Casi todos los animales se presentan de perfil, hacia la izquierda, con excepciones, como el burro, que tiene la cabeza vuelta hacia atrás. Las aves, de dos en dos, se miran enfrentadas entre sí.
  • Prácticamente todos los cuadrúpedos están en posición de marcha [búfalo, camello, caballo, burro, cerdos, ciervo]

     

  • Es evidente la influencia oriental en algunas figuras, como el elefante, que recuerda mucho a las imágenes de la India; y las dos garzas, con posible influencia china, rodeadas por plantas que animan el fondo.
  • Representación de animales mitológicos como el unicornio.
  • Realismo de los animales representados y ausencia de paisajes. Solo en ocasiones contadas aparece en la parte superior del recuadro un cielo azul, con luna y estrellas. Y en el caso del águila marina, sobre fondo azul, una representación de caza de un zorro a una liebre, probablemente. El espacio dedicado a los peces incluye un fondo azul, con evidente indicación del agua marina.

     

Aspectos codicológicos

Sus 154 folios están numerados en época moderna, en fecha ajena a su factura inicial. En algunas partes se aprecia una foliación que debe corresponder a la original. El soporte material es papel, con una tonalidad actual ligeramente amarillenta y partes oscuras desgastadas por su uso. Llama la atención su grosor, que es notable, como si cada página estuviera constituida por dos capas de papel.

La tinta es negra con algunas palabras y frases destacadas en color dorado. También se introduce en el corpus una decoración de soles dorados separando frases, lo que añade una riqueza a la copia.  Incluye reclamos en el margen inferior de cada hoja verso.

 

La escritura se dispone en trece líneas por página con una letra clara y legible, de estilo oriental cursivo, muy vocalizado. Tiene una distancia interlinear bastante generosa y un máximo de unas nueve palabras por cada línea. Incluye anotaciones al margen.

 

Importancia de la obra

Su existencia no ha pasado por alto a los investigadores. Ya en siglo XVII David Colville, interesante personaje escocés, intérprete de árabe de Felipe III que estuvo trabajando durante un tiempo en la Biblioteca de El Escorial, realizó una traducción al latín, manuscrito que se conserva en la propia Real Biblioteca de El Escorial [Ms I-III-18].

En época actual ha sido objeto de estudio por la arabista Carmen Ruiz-Bravo Villasante.

La encuadernación no es original. En algún momento, seguramente en el siglo XVIII, se cambió la original. La actual pertenece al estilo sobrio, sencillo y uniforme de la biblioteca de El Monasterio, en piel de color natural, con la parrilla simbólica estampada en seco en ambas cubiertas.

El manuscrito está digitalizado y se puede consultar en la Real Biblioteca Digital a través de este enlace.