a imprenta incunable no tiene formalizado el concepto de portada. Los datos de impresión del libro, cuando aparecen, lo hacen en el colofón, al final del texto. Para aquellos libros que carecen de datos sobre su impresión es el estudio de su tipografía y el cotejo con otros ejemplares lo que permite identificar de qué edición se trata, quién fue el impresor, dónde y cuándo se imprimió.

Los incunables que tienen colofón tampoco están exentos de problemas ya que no siempre ofrecen una información completa, fiable o fácil de interpretar: especial atención merecen los errores que se pudieron cometer durante el proceso de impresión. La datación tampoco es objeto de una interpretación unívoca y, en ciertos casos, habrá que adaptar la fecha que figura en el impreso a nuestro cómputo temporal. El colofón contiene la información que con el tiempo terminará integrándose en la portada e incluso ampliando su contenido. La extensión del colofón es variable: desde una línea a una página entera e, incluso, de un ejemplar a otro.

Los colofones más completos incluyen datos relativos a la impresión: lugar, año (en muchos casos concretando día y mes) y nombre del impresor o editor, a menudo el mismo. Datos sobre la obra: autor, título, compilador, traductor. Informaciones adicionales adquieren la forma de advocaciones religiosas y notas sobre la bondad del trabajo realizado: perfección estética y valor de la copia que sirve de original de imprenta. Por último, pueden indicar el número de ejemplares de la tirada y el nombre del dedicatario.