Del colofón a la portada

"Summa aurea in quattuor libros Sententiarum: a subtilissimo doctore Ma- // gistro Guillermo altissiodore[m]si edita. quam nuper a mendis q[uem] plurimis do // ctissimus Sacre theologie prefessor magister Guillermus de quercu diligenti ad- // modum castigatione emendauit. ac tabulam huic pernecessariam edidit. Impres // sa est Parissis maxima Philippi Pigoucheti cura.impensisvero Nicolai vaul- // tier et Durandi gerlier alme vniuersatatis Parisiensis librariorum iuratorum.
Venalis autem reperietur vico cithare ad ratorum intersigne atq[ue] marthurinoru[m] vico ad domum qui pendet signum de lestrille faulx veau."

Este impreso parisino de 1500 contiene toda la información que será normativa en los libros a partir del s. XVI: Título, autor, lugar de impresión, nombre del impresor y editores; incluso se indica una referencia comercial a la dirección en la que se puede adquirir. Solo falta el año, que se mantiene en el colofón.
Puede especularse con que el año no resultaba un reclamo para el comprador a diferencia de la marca tipográfica, ya conocida, o el resto de información que aparece rodeada de elogiosos adjetivos.

RB I/114

 

Título-Etiqueta

Algunos impresores aprovechan esta primera hoja en blanco para poner el título dando lugar a lo que en el ámbito anglosajón se denomina lable-title; este texto se caracteriza por un contenido muy breve: suele ser una palabra o una frase. Puede ser el título o el nombre del autor, incluso ambos. Pocas veces el título va acompañado del nombre del impresor. Característica del lable-title  es su sencilla disposición en la página: en su composición se emplean normalmente los mismos tipos que en el  cuerpo de la obra, o el de mayor tamaño cuando hay varios. Para resaltarlo o adornarlo se adoptan otros estilos o se imprime en rojo.
No es evidente que se planificara su presencia como elemento constitutivo del impreso o que su función fuese puntual y de caracter informativo para el taller o quizá para el comprador. Esto explicaría que su presencia no se consignara en el registro (ejemplos). Sin embargo, con el desarrollo de la portada como primer elemento informativo y decorativo, este recurso declinó.

I/1:
"Repertorii Bertachini pri // ma pars cum multis ad // ditio[n]ibus:atq[ue] de[n]na // rio versiculor[um] nu // mero ad castiga // tar[um] remissio[n]u[m] // faciliore[m] in // uent[i]o[n]e[m] // noui // ter // impressa"

La tinta roja y la disposición del texto (triángulo isósceles invertido) indican la voluntad de permanencia en el libro. El impresor ha elegido el tipo de mayor tamaño de los dos que ha usado para la obra.
No se considera una verdadera portada al no incluir los datos de un pie de imprenta.

I/19:
"Prima et secunda pars pra // ctice Joa[n]nismathei ex fer // rariis de Gradi vna // cu[m] textu noni ad Al // ma[n]sore[m] domini // Rasis nuper emendate"

Triángulo isósceles  invertido rematado con una cruz griega.

I/100:
"Tibullus Catullus [et] // Proptius cu[m] comento"

I/163 (1):
“De intentionibus”

Tan breves que apenas destacan dentro de la hoja en blanco.

I/143:
"Guidonis Juue[n]alis pa // tria Cenomani in latinae linguae elegantias ta[m] a Lau // rentio Valla q[ue] a Gelio memoriae proditas interp[re]ta // tio dilucida thematis creberrime adhibitis Nouiter // emendata Impressaq[ue] foeliciter incipit."

Los mismos tipos que el resto del texto excepto para la primera línea donde destaca el nombre del autor.

I/220:
"Consilia Cermisoni. // Consilia gentilis. // Recepte gentilis de febribus. // Tractatulus de balneis gentilis // Tractat[us] de tyriaca fra[n]cisci caballi."

Como si se tratara de un pequeño índice contiene los títulos de cada parte de la obra.

RB I/1

 

Hoja o página en blanco

La primera hoja en blanco sirve de protección al ejemplar hasta que se aborde su encuadernación. El tiempo transcurrido desde su impresión hacía que en muchos casos la hoja inicial estuviera sucia o rota, lo cual prueba que cumplían su función. En tales casos, estas hojas se eliminaron al encuadernar el ejemplar o se encolaron a la cubierta.  La signatura o el registro evidencian su falta. Cuando se han conservado suelen ofrecer un espacio idóneo para ex libris y anotaciones manuscritas.

Si el hecho de que muchos impresores dejaran deliberadamente (no podía ser de otra forma ya que encontrar hojas en blanco al final del libro sí puede ser accidental pero al comienzo ha de ser intencionado) la primera hoja en blanco se debe a un afán protector del comienzo del texto ¿por qué dejó de hacerse cuando apareció la portada, especialmente cuando ésta empezó a estar más decorada y a contener más información? ¿No sería necesario protegerla también? El caso es que esta práctica empezó a declinar con el uso de la portada.

RB I/12

 

Íncipit y texto

El  incipit suele ir en tinta roja, bien impreso bien escrito a mano por el rubricador, aunque pronto empieza a aparecer también en tinta negra como el resto del texto y se usan otros métodos para resaltarlo, como mayúsculas o tipos de mayor tamaño.

Era la forma más habitual de comenzar la obra. La práctica se mantiene aún cuando la primera hoja esté en blanco o se consigne en ella únicamente el título. Esta tendencia se mantiene durante todo el periodo incunable; la aparición de auténticas portadas convierte en superfluo este uso.

I/14:
Incipit en rojo y texto negro en f.1r., se menciona el título pero el nombre del autor no aparece hasta la línea 22.

I/169:
Comienza el libro con una dedicatoria pero sigue la misma puesta en página: incipit rojo y texto negro.

I/5 y I/8:
Incipit negro que se resalta por el uso de mayúsculas.

RB I/14