Introducción

Encuadernación contemporánea con Cifra Real Reina Sofía

InicioEn la Real Biblioteca se conservan los libros que algunas de las reinas e infantas españolas singularizaron con sus diversas marcas de propiedad. Desde un único testimonio de doña Juana, hermana de Felipe II –su ejemplar impreso de la Biblia se conserva en el monasterio de las Descalzas Reales– hasta los numerosos ejemplos de encuadernaciones cifradas de María Luisa de Parma, María Amalia Josefa, Cristina de Borbón, Isabel II, Cristina de Habsburgo o Victoria Eugenia. Los avatares políticos dejaron suelto este cabo en 1931, interrumpiendo una colección rara y, por supuesto, única en nuestro país.

Este fondo original, imprescindible para el estudio de la encuadernación artística española cifrada, volvió a ponerse en marcha en 1992, con la iniciativa "Encuadernación con cifra real Reina Sofia". Entendimos que interpretar una tradición secular era un compromiso tan ineludible como el mantenerla. A nuestro parecer, se trataba de enlazar sin nostalgias y de rescatar, solo, la intención. Conservar sin conservadurismo. Sostener la exigencia de ser vanguardia para lograr ser un clásico.

En efecto, la colección de encuadernaciones con cifra real muestra que se ha formado sin acatar cortapisas estéticas confundidas con fidelidades al pasado. El paso del tiempo pone de manifiesto que la clave de su vigencia radica en que las piezas que la forman son una expresión coetánea de las tendencias creativas de su época de ejecución. Es ese compromiso lo que ha configurado la colección como un excepcional testimonio de cuatro siglos de producción artística ligatoria española no permitiendo que se llegase a convertir en un armorial nostálgico. Cada encuadernación es representativa hoy porque, en su momento, fue una creación innovadora.

Seguimos este principio de contemporaneidad al activar la colección. Las nuevas encuadernaciones debían representar, con la mayor libertad, las tendencias estéticas del último decenio del siglo XX para seguir adentrándose resueltamente en el que íbamos a estrenar.

La vocación testimonial de la colección la hace abierta a todas las corrientes bajo un solo requisito: el de la excelencia del artista encuadernador; y una única exigencia por parte de la Real Biblioteca: la inclusión de la cifra de la reina Sofía sobremontada por la corona real. Cifra que, al carecer de un diseño oficial, deja al creador una total libertad de expresión. Las interpretaciones van desde la tradicional, incluida con recato en la contratapa, a la arriesgada incorporación de la cifra en el propio desarrollo de la encuadernación, dominando las tapas.

En cuanto a la elección del tipo de libro que se debía encuadernar, las encuadernaciones de la reina de España cubrirían un libro impreso sin ostentación, vinculado a su patrocinio cultural y representativo de la creación literaria actual en España e Iberoamérica. La edición del Premio de Poesía Iberoamericana Reina Sofía demostraba, además, el interés que para el desarrollo de la cultura tiene la cooperación institucional. De la Universidad de Salamanca salen los estudios y de sus prensas los libros.

Patrimonio Nacional proporciona sus espacios. Ambos dotan económicamente el más importante galardón que distingue anualmente la obra poética mejor en el ámbito iberoamericano. Gonzalo Rojas obtuvo el primer premio. Cinco visiones, publicada en 1992, inauguró la colección Biblioteca de América. A la Universidad de Salamanca le pedimos, únicamente, que hiciese un ejemplar en un papel diferente: un papel ecológico que apelase al compromiso con la naturaleza. Esta sería la concesión que haríamos a los impresos de la nueva colección de encuadernación artística con cifra real.

Extractado de: López-Vidriero, María Luisa, "Deka te Basileia: Juego de números".