Por Germán Masid Valiñas

El apellido “Gomis” es más conocido en el ámbito cultural catalán por sus vinculaciones con el fotógrafo Joaquín Gomis y con el folclorista Cels Gomis, que por las referencias al industrial y bibliófilo José Antonio Gomis Perales, padre e hijo, respectivamente, de los anteriores.

Es hijo de la madrileña Dolores Perales y Pascual y de Cels Gomis i Mestre, un ingeniero que comenzó sus estudios de caminos, canales y puertos en Madrid y retornó a Cataluña a finales del siglo XIX para trabajar en las obras del ferrocarril de Reus a Montblanc.

De orígenes reusenses por parte de padre, José Antonio Gomis Perales pasó parte de su infancia en Figueras, donde asistió a la escuela de Esteban Trayter, a la que años más tarde acudiría también Salvador Dalí.

Después de cursar estudios mercantiles en Barcelona, entra a trabajar en un establecimiento de coloniales y pronto se introduce en el negocio de hilados y tejidos de algodón, dirigiendo la fábrica Guarino. Posteriormente es contratado por la casa Riva y García, que lo envía a Estados Unidos donde permanece hasta 1920. A su regreso a Barcelona se dedica a la importación de algodón, estableciéndose por su cuenta bajo la razón social “Josep Gomis”. Su prestigio en el comercio textil le brinda la oportunidad de convertirse en socio fundador del Centro Algodonero de Barcelona. En 1923 llega a presidente de esta institución, sustituyendo a P. José Graells. En 1931 forma parte también del Comité Industrial Algodonero presidido entonces por el subsecretario de Economía Nacional, José Félix de Lequerica.

En su familia abundaron los coleccionistas: su padre había donado en 1895 una colección de fósiles al Museo de Ciencias Naturales, y su hijo, Cels Gomis Serdañons, era propietario de una colección de muñecas que en 1958 se expuso en el Palacio de la Virreina. Su padre, que más que como ingeniero era conocido como etnólogo y folclorista ―investigaba y coleccionaba todo lo popular―, le inculcó la afición por los libros. Cels Gomis había sido director de la revista Cataluña, editada por la casa de la Viuda de Luis Taso. De él heredó la biblioteca, en la que abundaba la literatura de la Renaixença, su género preferido.

En El placer del libro este bibliófilo ―que hablaba inglés, francés e italiano― se nos presenta como un asiduo “visitante de puestos de feria, encantes de libros y librerías de lance”, y como cliente de los libreros Palau, Batlle, Babra, Álvaro Verdaguer, Royo, Dubá, Puig, Bosch y Josep Porter. Su disertación es una especie de catálogo ameno de su biblioteca. En ella encontramos un importante conjunto de dedicatorias autógrafas de Jacint Verdaguer, José Anselmo Clavé, Apeles Mestres, Narcís Oller, Santiago Rusiñol, F. Pi y Margall, Arthur Masriera, Pompeyo Gener, Ángel Guimerá, J. Pin y Soler…; muchas de ellas, dirigidas a su padre.

José Antonio Gomis era propietario de un fondo epistolar dirigido a Tomás Forteza. El conjunto, que se conserva en la biblioteca de Catalunya, se divulgó, con presentación del propio bibliófilo, a través de la publicación de Mariano Aguiló y la “Renaixença” a través de un epistolario de 266 cartas a Tomás Forteza (Barcelona, 1966). En su libro cita, entre los fondos de su biblioteca, las ediciones de Ramon Miquel y Planas: “Biblioteca Catalana”, “Pequeña Colección de Bibliófilo”; la de “Libros raros y curiosos” y la de “Bibliófilos Andaluces”. Tenía, además, una importante colección de primeras ediciones de Balmes y un destacado conjunto de más de sesenta ediciones de La perfecta casada, de Fray Luis de León. En 1936 desocupó su piso de Barcelona y dejó estas colecciones en depósito a una familia que se ofreció a conservarlas. Cuenta que a su regreso, en 1939, le había desaparecido una de las piezas más preciadas: La perfecta casada, ejemplar especial para el editor Mariano Catalina, impreso sobre vitela y salido en 1883 del taller madrileño de Antonio Pérez Dubrull. Era más partidario de las visitas a las librerías de lance que de la asistencia a las casas de subastas barcelonesas, aunque en una de estas compró Don Diego de noche, de Alonso Geronymo de Salas Barbadillo, impresa en Barcelona en 1624 a costa del mercader de libros Miguel Manescal.

Casado con Joaquina Serdañons i Bigorra, fueron padres de ocho hijos, el más conocido de los cuales fue el fotógrafo Joaquín Gomis Serdañons. José Antonio Gomis Perales falleció en Barcelona en 1966, el 11 de noviembre, a los 91 años.

Desempeñó un puesto directivo en Amigos de los Museos, fue miembro de la Agrupación de Bibliófilos de Tarragona y suscriptor de la Sociedad de Bibliófilos Españoles. Perteneció al grupo de miembros fundadores de la Asociación de Bibliófilos de Barcelona y estuvo inscrito desde el 26 de junio de 1944 hasta el 14 de noviembre de 1966, causando baja por fallecimiento. Su número 28 pasó a titularidad del mecenas, diplomático y aristócrata Pedro Luis Martínez de Irujo y Artazcoz, Duque de Alba. Actualmente, Eduardo de Délas y de Ugarte, barón de Vilagayá, está inscrito con el número 28.4.

Fuentes y bibliografía:

  • Referencias hemerográficas de La Vanguardia.
  • Gomis, José Antonio: El placer del libro. Barcelona [José Antonio Gomis], 1949.
  • Massot i Muntaner, Josep: Llengua, literatura i societat a la Mallorca contemporània. Barcelona, Curial Edicions Catalanes/Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 1993.
  • Palomar, Salvador: «Cels Gomis i Mestre, cultura popular i cultura obrera», Carme Pujol: Inventari del fons personal de Cels Gomis i Mestre. Arxiu Històric Municipal de Reus, 2003.
  • Permanyer, Lluís: “Joaquín Gomis, coleccionista apasionado y sensible de imágenes”, La Vanguardia,
  • Puig Rovira, Francesc X.: “Els membres de l’Associació de Bibliòfils de Barcelona. Relació històrica”, Anuario de la Asociación de Bibliófilos de Barcelona. 2009-2010. Barcelona, 2011. 22 de noviembre de 1987.